“¡¡¡ECHO DE MENOS A MIS AMIGOS QUE HAN CRUZADO LA FRONTERA DEL MÁS ALLÁ!!!”

Por Luis C. García Correa
“¡La muerte sigue siendo el final de la vida terrenal!”
Los recuerdos se me agolpan en mi mente y en mi corazón al recordar a mis amigos que han cruzado la frontera del MÁS ALLÁ.
Los sentimientos y los recuerdos imperecederos de los amigos muertos me entristecen y me llegan a hacer brotar unas lágrimas que expanden esos recuerdos que no puedo ni quiero olvidar.
La tristeza trata de embargar mi alma y trato de contenerla para que no sea solo recordar sino esperar que pronto nos volvamos a encontrar en la eterna y plena felicidad.
Mi fe fortalece y engrandece la esperanza en la eterna e infinita misericordia de Padre Dios, que nos espera, que me espera para que nuevamente todos nos volvamos a encontrar.
La vida, esa maravilla, tiene glorias, tristezas, alegrías y esperanzas que debemos fomentar, no dejando que la tristeza oscurezca ese feliz y eterno final terrenal, en la presencia de Padre Dios, que eso es el cielo por toda una eternidad, vivir la plena y eterna felicidad.
“¡Qué pegado estoy a la tierra!”
Padre Dios ilumina y fortalece mis sentimientos y recuerdos, aumenta mi fe para que sea el cimiento en la espera ansiada de contemplarte, Padre Dios.
“¡Qué pegado estoy aún a la tierra!”
“¡Padre Dios dame más fe, incrementa mi fe y fortalece mi fe!”
Que estos hechos y vivencias tristes sean el cimiento demás bien, y que no se aproveche el mal para perturbar mi vida y mi fe.
“¡Qué pegado sigo estando a la tierra, sabiendo que me espera, que nos espera la muerte para que todos juntos -familia, amigos, vecinos y el mundo entero- gocemos de la eterna felicidad en la contemplación de Padre Dios!”
“¡Despega mi vida de las ataduras de la tierra, e ilumina mi mente y mi corazón para que solo piense y espere Tu contemplación, Padre Dios! Y que con ella pueda reunirme también con todos mis amigos en la eternidad”.

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