Llegar a mayor, llegar a la vejez

Por Luis C. García Correa
Llegar a la vejez significa haber vivido muchos años y haber hecho muchos actos y cosas que han beneficiado o perjudicado. Salvo excepciones, lógicamente.
Las malas excepciones las crean los deshonestos, egoístas y masoquistas que solo piensan en sí mismos y no en los demás. Muchos aún no han llegado a viejos, y siguen siendo majaderos.
Llegar a viejo es una suerte porque ha habido muchas oportunidades de hacer el bien y evitar el mal.
El egoísmo y el mal majadero -son tendencias de la que se aprovecha el mal- se suelen reproducir por causa de una mala o nula educación.
Educar, no me canso de repetirlo, somos los padres los obligados a educar a nuestros hijos (la Escuela y Universidad informan). Salvo las excepciones, como siempre.
Llegar a la vejez –que se ha prolongado y aumentado en años– se lo debemos a Padre Dios y a la humanidad honesta y participativa en sus investigaciones y logros y adelantos obtenidos.
La humanidad, honesta y participativa, tiene aparejada la ineludible obligación de repartir, a manos llenas, la felicidad para ayudar a los demás. La ayuda de los mayores, que tienen la experiencia, hay que aprovecharla por ser la madre de la ciencia.
Desatender y despreocuparse de los mayores es un evidente signo de mala educación, y como consecuencia, egoísmo, individualismo, insolidaridad y maldad, que se revuelve y vuelve, como un bumerán, regresando a toda velocidad.
“¡Recogemos lo que sembramos!”
Atender, cuidar y querer a los mayores también se vuelve como un bumerán a toda velocidad, pero ahora aumentando la felicidad. Con lo que se beneficia usted, el atendido y cuidado, y toda la comunidad.
Esperar a la muerte sentados y aburridos es otra consecuencia de la mala educación, que se vuelve contra nosotros a toda velocidad, y así seguiremos aburridos y sentados esperando la muerte sin hacer nada.
Nacimos, crecimos y vivimos en comunidad, que es estar acompañado con y por los demás.
Los demás somos todos, sin excepción. Se sea rico o pobre en valores o económicamente. Todos nos necesitamos, se tenga dinero o no, solo se necesita AMOR Y AMISTAD.
Una de las características de los poderes perversos es que creen que nunca morirán, y piensan que todo se lo llevarán a la otra vida. Quienes creen que hay otra vida después de la muerte.
“¡En el ataúd solo cabe nuestro cuerpo y lo bueno o malo que hicimos, que no ocupa lugar, pero sí espacio en la eternidad!”
“¡La vejez es la época gloriosa de la humanidad!”
Desaprovechar la vejez es crear el caos de los muchos vacíos. Vacíos que nunca se llenarán.
Los vacíos son huecos que van haciendo mella convirtiendo la vida en una amargura de estar recordando y ambicionando volver a vivir las oportunidades que perdimos y que ya nunca volverán.
Llegar a mayor es haber vivido muchos años que nos servirán para morir o con felicidad o amargura de acuerdo a lo que hicimos en cada ocasión.
“¡Llegar a viejo es una suerte si se ha sabido aprovechar el tiempo irrecuperable de la vida, usando la vida en repartir bondad o maldad que recordaremos por toda la eternidad!” Esto es muy claro, ya seamos creyentes o no lo seamos.
Llegar a viejo nos debe servir para recordar el bien que nos hicieron, y el bien que hicimos y que compartimos con los demás. Y pedir perdón por el mal que hicimos.
“¡¡¡Llegar a mayor, llegar a la vejez nos debe servir para recordar la sabiduría que hemos repartido en la felicidad de los demás!!!”


“¡La felicidad y la libertad de los demás debe ser la meta del mayor en edad, al llegar a la vejez, para que en los últimos tiempos de su vida le sirvan para morir en paz y con felicidad!”

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