¿Qué nos pasa a los españoles?

Por Luis C. García Correa   

 ¿Qué nos pasa a los españoles? ¿Aún existen las dos Españas?

Parece como si se volviese a vivir lo que ya hemos vivido los que tenemos algunos años. Los que vivimos la espantosa guerra civil.

¿Somos una raza? O ¿Una mezcolanza de razas? ¿Qué somos?

Trato de encontrar la respuesta a esta pregunta: ¿Qué nos pasa a los españoles?

España, y los españoles, hemos tenido, y tenemos, mujeres y hombres, cuyos nombres estarán grabados para siempre, y han sido universales. Y siempre los serán.

En el arte, en la literatura, en la pintura… estamos entre los grandes.

En cambio, por lo que se refiere a los enfrentamientos, de todo tipo, por el coronavirus, y por el aumento de la miseria, estamos en la picota. 

La libertad existe donde la marco yo. Fuera de esa línea todos son enemigos acérrimos. ¿Esto está sucediendo?

El respeto, la consideración, la atención, la educación no existen: quien no piensa como yo, se convierte en mi enemigo acérrimo.

Personalizo porque no quiero que nadie se dé por aludido o se sienta ofendido.

Me aplico a mí mismo todos los males de los españoles.

Quién se sienta aludido, que piense el por qué ¿Qué le he dicho?

Si tiene razón para sentirse aludido, lo compadezco: debe ser un aliado, y puede que esclavo del mal. O yo estoy equivocado.

Parece mentira, pero es verdad: espero que vean con qué preocupación escribo, tratando de exponer con objetividad, y con el deseo de ayudar, no de imponer, y menos de ofender.

Viví la espantosa y atroz guerra civil. Hermanos contra hermanos.

Desconozco una línea de mi genealogía porque un señor, o varios, quemaron toda la documentación, civil y religiosa, de Grazalema, durante la guerra civil.

Las palabras que se oyen son aterradoras. No se contestan las preguntas. Los insultos son la contestación, creyendo que es una defensa.

Al insulto se contesta con otro insulto, en una suerte de competición para tratar de ofender aún más.

Las instituciones que nos han dado la paz y la prosperidad son atacadas sin contemplaciones. Con el deseo de destruir e imponer.

Los insultos, y las clacs aplaudiendo al locutor del momento, son la norma. Parece que lo importante es ser el más aplaudido. Aunque se hayan pagado los aplausos.

No hay respeto. Todos actúan como enemigos, no como personas educadas y respetuosas. Actúan como enemigos acérrimos. Los insultos y las amenazas están en los vocabularios, como si fuera lo más normal.

Insisto en que el ataque a las instituciones, a la Constitución, a todo lo que nos ha unido y dado el progreso, a todo lo que nos representa, se está convirtiendo en un enemigo a derribar.

¿Qué nos espera a los españoles? Usted me lo dirá.

Si lo sabe, le ruego, de todo corazón, que me lo diga.

Gracias.

¿Qué nos pasa a los españoles?

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