Tamaraceite harta de tanto cemento

 

Por Esteban G. Santana Cabrera 

Estimado Sr Alcalde. El 25 de septiembre de 2015 la mayoría de los líderes mundiales acordaron una serie de medidas globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tenía metas específicas que deberían alcanzarse en 2030. Hoy me quiero centrar en Las Palmas de Gran Canaria y en el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 15 relacionado con la vida y los ecosistemas terrestres, que trata de gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.

Han pasado siete años desde este gran acuerdo, que como podemos ver ha servido de poco, sobre todo en Las Palmas de GC. Hasta que no caigamos en la cuenta de que trabajar por el medioambiente es proteger la vida y la salud de las personas, poco se podrá hacer. En los últimos años hemos visto como las zonas verdes han ido en retroceso, convirtiendo espacios que estaban reservados para el uso agrario o como espacio natural, en áreas urbanizadas, donde el cemento y el asfalto cubren hectáreas de terreno donde no hace muchos años había fauna y vegetación. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en Tamaraceite. Desde finales de los años 40 hasta la actualidad, se produce en esta zona una profunda transformación del paisaje urbano con respecto a otras áreas del municipio de Las Palmas de Gran Canaria, ya que es una zona de asentamiento barato, cerca de la ciudad. 

Esta semana estuvo en el barrio de Piletas el concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, que mantuvo un encuentro con vecinos del barrio de Piletas e Isla Perdida a petición de estos, para informarles sobre el "gran proyecto de urbanización” que se llevará a cabo entre los barrios de Piletas y Riscos Negros, lindando con Isla Perdida. 

Perdone mi atrevimiento Sr Alcalde,  pero los vecinos andamos con la mosca detrás de la oreja por el interés que hay en "vendernos" esta urbanización como "el futuro" de los barrios limítrofes. Su concejal lo defendió con estas palabras: "este proyecto permitirá la construcción de nuevas viviendas, entre unifamiliares y colectivas, con locales en los que se podrán instalar pequeñas tiendas, un colegio y una zona de senderos en los espacios libres de las laderas".

Nosotros nos preguntamos, y no somos entendidos en el tema, solo vecinos de a pie: ¿vienen a presentar un proyecto y están abiertos a recoger propuestas de los vecinos? A ver, la parcelación está hecha y lo que está claro es que esa zona se convertirá en otra urbanización como Riscos Negros o como Ciudad del Campo, donde los locales de los edificios están vacíos y no hay quién monte un negocio y menos ahora en plena crisis.

Pero lo que más nos tiene "rebotados" es la afirmación de que mejorará las comunicaciones y dotará de nuevos espacios públicos y zonas verdes en el entorno. Pero Sr Alcalde, ¿usted se cree que somos tontos en Tamaraceite? ¿Cómo se va a mejorar la comunicación si usted bien sabe que va a ser una ratonera como lo es Ciudad del Campo o Riscos Negros a donde ni las guaguas llegan con normalidad? ¿No es grave ya el problema de tráfico que sufre Tamaraceite y la rotonda de Piletas para ahora verse sobrecargada con más viviendas, que la mayoría serán protegidas, y donde la escasez de infraestructuras y servicios sonrojarán a más de uno?

¿Y con respecto a las zonas verdes? ¿Cómo se atreve a decir que esta urbanización dotará a la zona de nuevos espacios públicos y zonas verdes? Si en la zona donde se va a construir hay repoblaciones de dragos y acebuches, y además le recuerdo que  estará situada la urbanización en la falda de la Montaña de San Gregorio y cerca de donde el Cabildo Insular de Gran Canaria proyectaba un "pulmón verde" con un proyecto de reforestación de 25 hectáreas. Zona poblada por cardones, tabaibas, palmeras y acebiños en otra época se va a convertir en nada en otra "Ciudad del Campo" donde los vecinos llevan años luchando por tener servicios de los que carecen. Son 110.495 metros cuadrados, de los cuales 38.792 metros cuadrados son parcelas edificables y todavía tienen el atrevimiento de afirmar que están protegiendo el paisaje.

Esta urbanización llevará a un deterioro del paisaje natural y urbano. A esto le unimos la falta de un plan de gestión de residuos sostenible, ya que en la zona hay una escasez de puntos limpios y poco "atractivos" para el ciudadano. Esto ha ido originando un aumento de los vertidos incontrolados en barrancos y laderas. El espacio natural de Tamaraceite se ha ido abandonando, sin un plan de conservación, lo que ha ido originando un deterioro del medio. Ejemplos de esto los tenemos en el Barranco de Tamaraceite, la Montaña de San Gregorio (donde se va a construir la urbanización) o el Espacio Protegido de Las Charcas de San Lorenzo, dentro del Paisaje Protegido de Pino Santo, donde la acción humana e institucional está muy alejada del Convenio Europeo del Paisaje que hace especial hincapié en la conservación, rehabilitación y disfrute del patrimonio medioambiental, dejando de lado un espacio natural y planificando nuevos "espacios verdes", aunque lo de verde es un decir ya que en ellos predomina el cemento y el hormigón.

Mejorar el paisaje urbano de la ciudad no es incompatible con su crecimiento. Por ello es importante que el Plan Municipal de Protección de la Naturaleza sea un plan vivo y participativo, donde intervengan todos aquellos agentes que luchan por su conservación. Se hace urgente cambiar la Estrategia Municipal de Educación para la Sostenibilidad, herramienta municipal que está para sensibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre el respeto al medioambiente, además de promocionar el patrimonio natural de la ciudad y no solo vender cemento y hormigón. Como bien dicen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para alcanzar estas metas, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y personas como usted.