Elegía de justicia a un nombre propio. Ese nombre es Tino Torón



Antonio Domínguez y Tino Torón.
El amante de la cultura, el hermano del trabajo, el padre de su variada obra personal, autodidacta, tan personal que no ha permitido aportaciones, entradas ajenas en ella, en su pintura, escultura, poesía y prosa.
Cuando conocí a Torón, al igual que cuando he conocido a los hombres más inteligentes de la demarcación, me pareció así dicho de un jalón: descafeinado. Sucede contrariamente, a esos efectos, cuando uno intima con esa gran mayoría de Juan Lanas charlatanes, vacíos de contenido, que son los más atractivos a primer choque y sólo resisten la primera experiencia, cuando la resisten. Cuando comencé a adentrarme en el pensamiento de Tino, que valoro a la par que su arte, me quedé como suele suceder anonadado, hasta ese punto en que uno puede estar frecuentando durante largos años a una persona y que tiene que ser un flash instantáneo, inmediato, el que mejora a uno mismo apriorísticamente, haciendo tambalear el equilibrio de percepción para que caiga del lado de una fortísima intuición, que predica que no se encuentra uno ante un hombre cualquiera.
Tino Torón con Pepito Ramírez, dos artistas de nuestro Distrito.

Tino Torón, hombre cultísimo, de rara y poco corriente inteligencia para las aprehensiones y representaciones internas de su voluntad real, material, de naturaleza más práctica que es donde se desenvuelve la mayoría; ahí es donde se caen todas las acostumbradas entelequias y absurdos patrones, si los comparamos con la vida y la obra de Torón porque desconcierta la capacidad no observable, solo observando a su persona en su morfología. Siempre nos asombraremos de que unas pocas personas con muy similar aspecto al resto, con a veces igual color de vestido, estatura, conversación, sueños, virtudes etc., puedan ser tan diferentes en la obra de creación y así vemos como para Tino no hay una sola manualidad que no conozca al dedillo; desde las alfombras del Corpus, al diseño Césarmanriquezco ó Manriqueño para cualquier barranco, montaña, cala, saliente ó lugar que se le quiera dar aspecto que asombre, detenga, paralice, sobrecoja y sobre todo, que haga preguntas al mismo tiempo que da respuestas.
Por supuesto que no olvido las artes propiamente dichas, mayores, donde Tino, en la que menos domine le da esa impronta personal alejada del resto. Que se tiene o no se tiene.
Siendo él, de los pocos que tiene ese sitio recóndito donde estar con esa propiedad de su propiedad, que se llama inaccesibilidad e inexpugnabilidad; se trata de la larga distancia poco finita, que hay desde él a las personas sin posibilidades artísticas y culturales.
Lo de siempre, en los estratos bajos de poder económico, habemos hombres extrañados sin comprender la buena fortuna del que sobresale o de los que sobresalen porque vemos a infrascritos de manifiesta menor valía tomando las mieles de los cargos y las distinciones (casi siempre inmerecidas por supuesto), en todas sus exteriorizaciones artísticas, sin importar nada, sean buenas ó malas.
En la amusicalidad que hoy se llama música y en los desconciertos a los que se le llama conciertos vemos a Bisbal tirando brincos de nieve, de un metro y pegando gritos como un reventado, mientras que en loscampos de concentración que constituyen las barriadas, y hasta en cualquier pago de nuestro municipio, conocemos a uno o una que nació exclusivamente para cantar porque cuando abre la boca para hacerlo, se para el aire y fluyen los sentimientos de bienestar y deleite al punto que desborda las emociones: eso que no se queda solo en la música. En la pintura vemos las salas de exposiciones, todas llenas de mensajes imposibles del arte posmoderno, donde no hay composición, ni dibujo ni técnica del color ni unicidad de color, donde lo único que se persigue (entre ellos) es una catarsis, cretino-colectiva, mientras en los campos de concentración y estratos antes nombrados, conocemos uno que pinta a lo grande y solo le admiten exponer sus cuadros en las casas de la cultura o a lo sumo en el Club Náutico porque ahí expone cualquiera. Pero que se olvide de las salas de nombre esas están para los Bisbales y los Bustamantes de la pintura y así pasa con la literatura y la poesía, llena de bodrios y libros de gran tirada sin esencia ni continencia, ni contenido.
La cultura como medio esforzado: acople que tiene el hombre, para defenderse del y en el medio natural ha avanzado mucho, porque crece conforme a la necesidad práctica, empírica e implícita en cada individuo (ley de la forzosidad de adaptación). Esa misma forzosidad para el bien o para el mal, en la convivencia da, que la necesidad progresa en cualquier sentido y no se detiene nunca, referida a la colectividad, otra cosa es la individualidad cuando toca a otros efectos, que ya no son colectivos; que son los que hacen y desarrollan las incontables formas de ser (en este caso la grandeza del ser en la forma).
Esteban Santana, Juan Calderín, Ramón Soto y Tino Torón,
La otra, la cultura cultivada, elaborada, manufacturada hasta la esencia, esa no anda bien porque ahí si que no se puede llegar a ese terreno sin arduo trabajo y fatiga de quitar horas al sueño y se ha de tener una configuración psicológica determinada, eso que llaman el DON”; sin el cual por otro lado no se puede aspirar a amarrarse perfectamente los zapatos. Ese DON con mayúsculas: ¡Tino por naturaleza!.

 El Don con el Don de Torón se paga, pero no se pega, nadie le emula porque todos los demás tienen pequeños insignificantes dones que no van a ninguna parte (se alude a la generalidad) y a los que sus propietarios les creen cohetes intergalácticos. Así es la ñoñez ignorante que no considera de ninguna necesidad enfrentar, comparar y compartir porque elevan su candidez imbécil a alturas inventadas superiores, eso creen, al verdadero gran Don que no son capaces de apreciar ni aunque le vean, como de hecho le ven, delante de sus narices.
Hay que estar como he estado yo en la casa de Tino Torón en la bajada a la vieja Tenoya (Tenesoya). Cuando Tino me llevó a cada una de sus múltiples dependencias ... ¡y el jardín,  ay mi madre! casi nada la tremenda belleza que ha conseguido y casi nada lo que ha trabajado Tino en esa casa y ese jardín; tiene agrupado todo lo que ha hecho en pintura, miles y miles de folios en prosa y poesía, tongas de estudios de diseño y sobre todo esculturas en piedra, y madera, las más, tantas que tiene unos amplios sótanos y un solar adyacente por los que malamente se pasa el estrecho pasillo central. La laboriosidad de Tino es incesante, la artística y la social que, siendo también intensa, al no ser de mi mayor gusto valoro menos y solo reflejo a fin de sumar todo esto a la defensa de ocho horas de labor que hace Tino en su trabajo por cuenta ajena para ganar el sustento. Yo me he preguntado: ¿Cuándo y cómo caray duerme Tino? ¿Cómo caray no ha perdido Tino el tino?.
La obra completa de Tino es impresionante, con esta verdad incuestionable trato y con todo, el ejercicio que aquí se contiene, va derecho por mi parte al ejercicio, admirado de reconocimiento, a alguien que nunca lo ha tenido. Estoy por ver una sola loa pública a Tino en los medios de un solo capitoste o clérigo que tienen a familiares y difuntos inmortalizados en bronce por toda la geografía inmortalizados por nuestro artista. Obras ésas de Tino, o no cobradas, o malamente colaboradas.
En un primer lugar más, lo que es incontrovertible en esa concepción global de la obra de Tino, es la extrema coherencia de su trabajo y de su vida y de su figura; el artista que vive las lunas y las noches de Tenoya en sus tagorores personales de la ensoñación; a la distancia apropiada y suficiente de los bailaderos de las brujas, siempre empeñadas en transmitirle surrealistas trazos que Tino escucha en la distancia, e influyen en su obra en su contrafigura trabajando en silencio, pensativo, un reflexivo artista que cuadra su mensaje, de soledad de profundidad, de exactitud y de poesía.
Eso está sobre todo, en la escultura; sus series naturales bautizadas por él como LA CUMBRERA se desarrollan aprovechando la morfología de la madera a la que siempre le encuentra un ojo, una nariz, la boca, ya en ella preinstalada y a la que le bastan un par de toques de gubia para decir y ser un autentico libro de expresiones y sentimientos; como si ese artista que antes está hecho para la bohemia poseído de los rencores y por los deberes de haber nacido a la incapacidad de maniobra económica, se revelara en su interior construyendo una arquitectura escultórica exacta, que refleja con rigor su propia ambición poética de perfección.
Sentí allí en mi primera visita a su casa una enorme emoción y un rendido reconocimiento, como si de pronto Tino se hiciera presente al desconocimiento parcial que de él tenía y estuviera allí ante el desconcertado desbarajuste de una mirada para que acaso le dijera lo que nunca le pude decir por desconocimiento y que de hecho en cuanto tome resuello le dije hasta marearle. Mientras tanto Tino sigue haciendo su obra y de hecho ese proyecto global aún inconcluso, pero el emprendimiento de Tino lo va prolongando milagrosamente teniendo en cuenta que casi no tiene tiempo: y total para que en este mundo, todas las cosas que se hacen, los que siguen, las dejen en el desván del que ya no despiertan.
Toda la vida y la obra de Tino Torón es un patrimonio magnífico, allí esta en Tenoya creciendo a pesar del lamentable olvido y postergación.
Viendo esa obra ahí en perfecto desorden que no obedece al orden de ser ordenada, pensé en otras obras dispersas de los grandes maestros históricos, como Leonardo por poner un ejemplo.
En Canarias seguimos con la mano en la frente haciendo de parasol a los ojos que no ven a lo lejos. El patrimonio que se ha ido haciendo por hombres desconocidos requiere una mayor visión y actuación que exponga ante la ciudadanía lo que se hace para que la memoria sea mejor y más conocida, ¿por qué no tienen esa ambición de duración y reconocimiento?
Tino, se apagaran las estrellas, se diluirá la luna, se estrecharán o se ampliarán las márgenes de la ancha mar, más; no habrá suceso que extraiga de lo recóndito de mi persona el respeto distinguido que no morirá con la vida, aun cuando esta ya no sea.

Antonio Domínguez Herrera.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Antonio muy bien esa referencia a Tino,donde ademas se nota que no es tu no-enemigo,es todo un Homenaje de ser altruista al que ya se debe pensar,hacerle un merecidisimo y sentido Homenaje ya que seria mucha gente de esta demacasion los partidarios de homenajearlo,Se lo merece por amigo,buena gente y un cariño que tiene al paisaje y al paisanaje.
Juan M Calderin L
P.D.Al no ser el amigo Tino hombre de Fobias e Intolerante,que el homenaje no se aproveche para fibias,y aprovecharse del mismo.
Anónimo ha dicho que…
Juan, (Calderín) el homenaje que le organizaste a Florencito, ha sido uno de los gestos más justos, bondadosos, y de caché más tremendo humanamente hablando, que se ha dado en todo Tamaraceite, en todos los tiempos para mi gusto y según mi opinión. Por esa realidad a la que tu Juan, diste aliento, te estaré siempre agradecido.
Sin perjuicio de tu claro entendimiento y demás ventajas de tu persona; yo creo en ti (es lo más que sirve para lo que nos ocupa ahora mismo) por tu popularidad, por ende, en tu capacidad de convocatoria; estoy seguro que cuando llegue el momento tomarás en tu mano la cuestión y yo y todos aquí te secundaremos. De lo contrario se quedará Tino sin homenaje. No consideres señuelo este, Juan, para utilizarte a trabajar en las inacabables pormenorizaciones que conlleva cualquier homenaje. Te lo pido como al único (si tu quieres) que tiene experiencia para que las cosas salgan mejor que la posibilidad.
Lo de no-enemigo, querido amigo, está en las entrañables reseñas de nuestras tertulias en la barbería, que el lector ajeno a ellas no puede entender de que va el asunto. ¿Tú crees que sería publicable mi trabajo “UNA SÍNTESIS DE LA AMISTAD”?

Antonio Domínguez Herrera.
Jesús Vega Mesa ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, Antonio, con lo que escribes del amigo de todo el mundo Tino Torón. Recuerdo la primera vez que lo vi en Radio Tamaraceite. No es fácil encontrar a una persona así: que valora lo que se hace, que anima, que está siempre disponible... Y lo podíamos ver siempre en cualquier acto de la comarca apoyando todas las buenas iniciativas. En la radio o en la sacristía de Tamaraceite se conserva la escultura que dedicó y regaló a la radio. Y por encima de todo, Tino es un hombre cabal, bueno, sin ganas de figurar. Ojalá algún día pueda sacar de nuevo aquella revista tan interesante que con mucho esfuerzo y mucha ilusión sacaba al público cada mes.
Gracias, Antonio, por hacer esta semblanza de Tino. Y gracias también por esa barbería en donde se habla de poesía, de política y de los valores que hay en Tamaraceite. A veces es bueno alejarse un poco físicamente, como yo he hecho "por imperativo de la ley" (jeje), para darse cuenta de todo lo bueno que hay en ese nuestro Tamaraceite bonito y querido. Suso Vega
Anónimo ha dicho que…
Estimado maestro,su trabajo sobre la amistad es un compendio filosofico dificil de entender,pero deberias publicarlo,para conocimiento de las gentes,mi estimado no enemigo,ese concepto y lo que aclaras sobre la amistad,es muy digno de publicarlo,pero baja del olimpo a la tierra hazlo mas cortito y ponte a la altura de los humanos por lo menos de los que tenemos el gusto de entenderte y admirarte.
Tino Torón ha dicho que…
Hoy despues del continuo ajetreo, abro la ventana, respiro, miro al cielo, volviendo a mi codiano vivir entre los demas.
Cuando he leido la publicación de mi colega Antonio, me confieso que me he emosionado enormemente, por todo lo que dice de mi y en mi no me doy esa cuenta.
ES cierto que hemos tertuliado..., que ha estado en mi casa y por lo que escribe me doy cuenta que por donde quiera que pasa se lleva la esencia de todo sin quitarselo a nadie, si nos damos cuenta el tiene su mente llena teniendo temas para todos, para mi es una virtud.
Antonio estoy muy agradecido, sin poderte dar mas de lo que me has dado."sentirme apoyado"
Un abrazo
Tino Toron ha dicho que…
Dón Jesus Vega Mesa.
Ante todo un cordial saludo, recibiendo el suyo con esa siempre sonrisa.
Las distancias no alejan si se tiene afecto, dandome cuenta en su elógio testimonio,del cual quedo agradecido.
Aprovecho felicitarle por sus Cartas al Viento, que para mi no pasan de largo.
Esperando vernos un día
Le saluda, desde Tenoya
Anónimo ha dicho que…


Comprendo el calado y la nobleza expresa y no expresa en su aparentemente sencilla nota; que le descubre como hombre de bien. Es lo único que yo valoro (la hombría por el intelecto) y ¡¡mucho!!. Los oficios son para mi todos dignos: desde el de barbero hasta el de cura, sin entrar en la dificultad de las tareas en cada uno de ellos para aprenderlos.
Permanentemente establecido en mi opinión (son los otros los que han de lamentarla) digo que la conmiseración y la empatía tienen que estar a la vista; y son decisivas para saber si estamos ante un hombre o un animal; y usted en los dos pequeños comentarios suyos a mis opiniones, me ha despachado humanidad y misericordia a tongas; lo digo muy en serio porque me precio de saber leer, en líneas, en entre líneas y en su corazón completo empeñado al buen entendimiento.

Le doy mis más sentidas y detenidas gracias, le presento mis respetos los cuales creo han quedado demostrados en esta nota sincera, que ha huido de la minucia enclenque para salir del paso; y reciba el saludo a tamaño que pertenece, que no desentone, a lo por mi dicho. ¿A qué lo del barroquismo?, sepa Don Jesús que siento unas ansias de relumbre que no las puedo resistir. Este pecado de soberbia, que ejerciendo usted su oficio nadie le confiesa, yo se lo comunico ante todos, para que lo sepan todos y no sientan vergüenza cuando les ataca este mal ¡que nos ataca a todos!.

Antonio Domínguez Herrera.

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