Si todos pensamos lo mismo ¿por qué no hacemos lo mismo?

Por Luis C. García Correa
¿Quién no está de acuerdo con recibir el bien? Entonces ¿Por qué no lo  
hacemos y lo damos constantemente? ¿Quién no está de acuerdo en que la  
educación favorece la convivencia? ¿Por qué hay conductores que están  
llamando la atención en vez de ayudar? La libertad es un bien  
irrenunciable ¿Por qué somos esclavos? ¿Cuántos “quien no está de acuerdo” podríamos narrar? Incontables.
¿A qué viene todo esto? Simplemente: porque le necesito a usted. Sin  
usted no hay posibilidad de vivir normalmente y feliz. Su aportación a  la sociedad es imprescindible. ¡Claro! Usted contribuye con su  
trabajo. No es un parásito. Pero no basta, hay que preocuparse de los  
demás. Su honesta participación es la solución. Nos necesitamos todos Loa unos a los otros.
¿Habrá mayor satisfacción que dar el bien y recibir el bien? Cuesta  
menos que dar el mal. Esto es algo que repito con frecuencia, como lo  
estoy haciendo ahora. Caigo en el error, fallo. Pero me levanto, no me  
quedo en el hoyo. Santo es el que siempre se levanta, no el que nunca  
cae. El que nuca cae, ese no existe, humanamente.
¿Por qué no participamos con honradez en todos nuestros actos, y con ello creamos una exigencia moral  y una conducta y participación personal que cambiaría el mundo y lo convertiría en el paraíso para el que hemos nacidos?
Entonces, si todos pensamos lo mismo ¿por qué no hacemos lo mismo? 

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