Recuperar el tiempo perdido

Por Luis C. García Correa
Terminó un año y ha comenzado otro, y así ha venido sucediendo desde la creación.
Creo que es un buen momento para hacer balance del año pasado y, a partir de ese balance, sacar propósitos para este año.
Es un buen momento para pedir perdón por los pecados y errores que hemos cometido y el daño causado a los demás y a uno mismo.
Meditar en el amor que hemos dejado de dar, y dar gracias y alegrarnos por el amor que dimos y que recibimos.
La vida no es fácil, ni difícil: es complicada. Para vivirla plenamente necesitamos de la fe, humana o divina, que nos ilumine el camino a recorrer.
La vida es una maravillosa peregrinación hacia la meta final, que, para los creyentes, es Padre Dios. Supongo que los no creyentes sentirán la tristeza que todo se acabe con esa meta final de todo.
La vida es corta en el tiempo y larga en los hechos.
¿Cómo recuperar el tiempo perdido? Siendo conscientes y tratando de ser sabios y fieles al momento.
La brevedad de la vida es una llamada a aprovechar el tiempo ayudando y ayudándonos. Aprovechar el tiempo sacándole el mayor partido, el mayor rendimiento.
¡¡¡Recuperar el tiempo perdido!!! Para compensar el que hemos perdido.
¿Cómo recuperarlo? Los creyentes viviendo el Primer Mandamiento: amar a Padre Dios sobre todas las cosas y al prójimo, a usted, como a mí mismo.
Supongo que los no creyentes si son fieles al momento cumplen con la finalidad de la vida. Y por ello les felicito.
“¡La honestidad de la fidelidad a cada momento es la gran virtud del comportamiento, y con esa fiel honestidad conquistamos el mundo!”.
Ni un solo día se escapa a la realidad que hemos vivido y vivimos.
Este momento de reflexión es un gran momento para profundizar y reflexionar en el pasado y tratar de programar y de fortalecer el año que ha comenzado en ayudar con honestidad, luchando y pidiendo que tengamos la plena felicidad y la plena libertad, siendo fieles sin descansar.
Espero y les deseo que tengan un año pleno de felicidad, por no tener contratiempos, y pleno de libertad, por ser fieles a la realidad.
Este nuevo año nos traerá hechos desconocidos y muchos serán consecuencia de nuestro comportamiento.
Un año será bueno, para los creyentes, si servimos mejor a Padre Dios y a los demás. Y para los no creyentes creo que será servir mejor a los demás.
Todos, creyentes o no, tenemos un año para santificarnos, y con ello llenaremos nuestra vida de fidelidad al momento y así al año completo.
No desperdiciemos ni un solo día, ni un solo momento.
Feliz año y feliz vivencia y feliz convivencia con los demás y con uno mismo y habremos recuperado el tiempo pedido.

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