“¡¡¡MORIR DE INANICIÓN. MORIR DE HAMBRE!!!”

Por Luis C. García Correa
No sé hasta qué punto la riqueza de algunos ciudadanos y pueblos se produce a costa de la miseria de otros. “¡Terrible maldad que se paga y se pagará!”
“¡Sería una injusticia atroz que los inocentes paguen lo que debemos hacer y no hacemos los que podemos y efectivamente no hacemos!”
El mal que ocasionamos, con premeditación y alevosía, revierte a mayor velocidad que con la que fue hecha. Sufriéndolo los inocentes que no tienen culpa y lo sufren sin razón y sin necesidad.
“¡Permitir que el mal se enseñoree de todo lo recibiremos multiplicado!”
“¡Quien piense que el mal que ha sembrado no le llegará de vuelta a él es vivir en la inopia, y lo recibirá incrementado!”
“¡La vida es muy corta y de mucho valor para perderla en ocasionar el daño a los demás!” El mal siempre regresa a toda velocidad!”
“¡El daño y el mal en los demás es un reflejo de lo que nos sucederá a nosotros!”
Se recoge, siempre, lo que se siembra.
Quien siembra mal, mal recogerá.
Quien siembre bien, bien recogerá.
Esto es un axioma, esto es la realidad. Lo que se siembra se recogerá.
“¡Que mueran niños por inanición! Esa muerte es un pecado de lesa humanidad”
“¡Que mueran niños por inanición, por no ayudarles, es un mal que nos caerá!”
Todos estamos relacionados. Nadie vive solo sino acompañado.
“¡La muerte por inanición revertirá en la sociedad que pudiendo hacer no hizo y se olvidó de los demás!”
“¡Se nos ha dado la vida para que sirva a los demás y nos sirva para la felicidad y para la libertad!”
“¡La inanición es morir de hambre sin necesidad y sin culpa alguna del que sufre tal maldad!”
“¡Morir de hambre nos responsabiliza, queramos o no, a quien pudiendo no hizo nada por los demás!”
Son ya muchos los años que he vivido y no quisiera morirme sin hacer habiendo podido hacer más.
¿Cómo convencer de esta espantosa realidad? No lo sé. Si sé que soy consciente del mal que hago si no trabajo por el bien de los demás.
“¡El bien de los demás es mi felicidad. Si me olvido de los demás coopero al mal de los demás perdiendo mi felicidad!”
Nacimos para la felicidad y la libertad, y que la gente muera de hambre no es culpa de ellos, inocentes de verdad, sino nuestra culpa que pudiendo hacer no hicimos por los demás como debíamos. Con ello pierdo mi felicidad, y la pierden los demás.
La muerte de un niño por inanición, morir de hambre, caerá sobre nosotros irremisiblemente si no corregimos y eliminamos el mal que origina morir de hambre a niños que no tienen culpa.
Morir de inanición, morir de hambre, no es culpa de los niños, es culpa de los demás. Culpables. Eso somos usted y yo, y los demás ciudadanos.

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