“La Vida sin Objetivos”


Por Luis C. García Correa
No se puede vivir sin objetivos.
La  vida debe tener objetivos para ser hacer y tener, dar y repartir, gozar y sufrir, compartir lo bueno y lo malo y todo con honestidad y amor.
“¡No se puede tener amor si no hay objetivos por los que luchar!”
La lucha, honesta y verdadera, incrementa el amor y le da objetivo y valor a la vida.
Nacimos para la felicidad y para la libertad.
Materializar la vida por solo buscar objetivos materiales, la degrada hasta convertirla en pura materialidad, en algo propio tan solo de plantas y animales.
“¡El materialismo degrada al ser humano convirtiéndolo en lo que no es, porque el alma es la vida,  sin ella no hay vida!”
“¡La muerte es el ejemplo de la existencia del alma!”
Cuando se muere el alma se transporta a donde hemos dedicado la vida. Todos lo viviremos, creyentes o no creyentes.
El cuerpo a la tierra porque se convierte en restos de un ser sin alma, y sin vida, y su descomposición es un peligro de contagio que hay que enterrar para que no produzca enfermedades.
La diferencia entre la vida y la muerte es que tras la muerte ya no hay objetivos, se ha acabado el tiempo de los objetivos, empieza el tiempo, la eternidad, de la recompensa.
“¡La vida está llena de oportunidad para enriquecerla con hechos que llenan el alma y la vida de contenido y valor!”
“¡La vida sin objetivos es vegetar y pasar por la vida sin valor ni contenido ni sentido!”
“¡Los objetivos de la vida tienen que ser los que enriquezcan al espíritu propio y ajeno, como es el amor a los demás. Y los creyentes, además, ese gran objetivo de amar a Padre Dios, y amar a todos también por Dios, como Dios los ama, que es la medida de cómo debe ser nuestro amor!”
“¡Amar a los demás debe ser el gran objetivo para hacer el bien y tener la felicidad!”
“¡La felicidad es compartir el amor, eso es lo que da objetivos a la vida y la llena de contenido y valor!”
“¡El mayor de los contenidos de la vida es el amor!”
Sin amor la vida es un páramo de soledad y dolor.
La vida tiene objetivos cuando la dedicamos a hacer el bien, el bien  propio adecuado a nuestra naturaleza y a nuestros fines, y el bien a los demás.
“¡La vida sin objetivos es vegetar sin lograr alcanzar aquello para lo que hemos sido creados, que es: amar y ser amados!”
“¡El amor es el gran objetivo de la vida, que la llena de contenido y valor!”
La vida sin objetivos es perder la oportunidad de crecer en valores en los que debemos fundamentar la vida.
“¡¡¡La vida sin objetivos es un triste vegetar y nada más!!!”    

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