La lucha de clases

Por: Luis C. García Correa y Gómez

 ¿Clases en el ser humano? Hay una unidad de especie en el ser humano, pero sí, se ha creado con algunas diferencias de raza, de comportamiento, de aptitudes físicas e intelectuales...
            La más notoria es el contraste entre los maleducados y los educados; pero estas diferencias no son innatas: en muchos casos son adquiridas por la educación recibida.
            El mal educado, no sólo es el que falta a las reglas de la urbanidad, es algo peor, colabora, quizá sin darse cuenta, con  al mal.
            La mayoría de nuestros actos y de las tendencias que llevamos a cabo son consecuencia de los valores en los que nos han educado y que hemos aceptado.
            Se llamó “lucha de clases”, aquella que reivindicaba mejoras sociales en contra de la clase dominante. Aceptando clases sociales, para valorar la situación social de  las personas.
            Y, ahora, ¿Seguimos como antes?
            El poder económico ha organizado tal desaguisado mundial, que nos ha sumergido en la crisis de las crisis, porque le ha faltado tener en consideración los valores, como: la caballerosidad, la amistad, la solidaridad, la honestidad, el apoyo a los más débiles, la falta de valores, por no tener en cuenta nada más que lo económico
            El dinero y el poder económico siguen dominando y subsistiendo, a pesar de todo.
            La deshonestidad está en el fundamento de toda la vida de trabajo y es como  el cimiento del poder maligno, y el gran apoyo al dominio de lo material en toda la vida social.
            No sólo hay que ser multimillonario sin escrúpulos para ser opresor; es suficiente, tener el poder necesario, por medio del dinero, para influir y ordenar a su gusto el ambiente que le rodea.
            Ese poder lo desarrollan con facilidad  los individualistas, y  los pasotas, estos con el poder de no hacer nada, que es un gran poder del que se aprovechan los inmorales.
            ¡He aquí nuestros grandes enemigos!
            Esos comportamientos se fomentan, por activa y pasiva, y lo triste es que no sólo los aceptamos dejándonos engañar, sino que los incorporamos para vivirlos con plena conciencia.
            El complemento directo al desarrollo de los males del individualismo y pasotismo es la aceptación de la deshonestidad como mal menor.
            No sé cuánto durará esta crisis. Si sé que su final depende de la vivencia o ausencia de valores éticos o religiosos. De esto no tengo dudas.
            ¿Cómo luchar en contra de ese profundo y arrasador mal?:
            Volviendo a vivir de acuerdo a valores éticos, morales, especialmente religiosos.
            El poder de la fe es tan grande, que, pidiendo a Dios ayuda, se pueden mover montañas; la fe  arrasa al mal.
            Tenemos que comenzar “YA”, porque el tiempo apremia y hay de arrasar el mal.
            ¿Cómo? Dando ejemplo. Siendo Levadura que fermente, haciendo que la masa fermente  para dar un pan de la honestidad y viviendo los valores éticos o religiosos.
Siendo consecuentes, al menos intentando serlo, ya daremos ejemplo que contagie, y llegará la paz social y la vida económica renacerá, desapareciendo cualquier error que lleve a la lucha de clases. Si se vive  el: “Ama al prójimo como a ti mismo”: Desaparecerán las clases y todos seremos, para lo que hemos sido hechos: seres humanos maravillosos, dotados de valores que viven su vida con alegría y recrean una vida en la que ha desaparecido el mal; seremos todos Iguales y no enemigos.
De usted, de mi depende, y del vecino, porque “en la participación de todos está  la solución”.
 

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