El estilo compadre ¡¡Canario!!

Por; Antonio Domínguez

Canarias, la tierra de los compadres, de los amigos, donde si se les tiene, “se puede derribar una montaña sin cometer delito ecológico”. El que tiene un compadre, al estilo compadre y con el padre se hacen los dos en uno en el compadreo, “disfrutan en el señor” la profunda compadrada que lleva a un fino y esencial “parentesco”.
 ¿Y cuando el compadre es el padre y como el cuco se lo endiña al padre supuesto para que lo críe y lo eduque? ¿Y cuando el compadre no es el padre y el padre le facilita las cosas para que el compadre crea ser el padre para que derrame dinero en la familia de compadres? ¿Y cuando el compadre y el padre creyendo cada uno ser el padre no es ninguno de los dos el padre? ¡¡Qué triste es el vivir de un padre, sintiendo la necesidad de un compadre, que le ayude en el atendimiento de la comadre y el mantenimiento del chiquillo!! Porque a solas, no le es posible ¡apagar la llama! y sacar al chiquillo adelante hasta donde la cría dé de sí llegar.
No me voy a tomar el trabajo de llevar al paralelismo todos los puntos de parentescos compadreteros, con las mañas políticas, mas, estando seguro de no poder evitar la grave ofensa si fuera a hacer totalmente efectiva con exactitud la metáfora de los compadres respecto de la realidad triste y lamentable de la actualidad política (es maña la moda y motivos de acercarse a la política; y duende se ha de ser para avanzar por ese atestado pasillo).
El compadrato muere, se disuelve con la muerte de uno de los dos compadres (obvio). Por eso cuando se es viejo se puede aspirar a estar libre de la compadreríl compadrería y fuera de ese desatino, vivir sin resquemor y miedo a las más que probables compadradas. Que se darían y de las que no se libraría nadie ni en la barriga de una yegua; de tener compadre vivo compadrado ejerciendo el compadrato. No obstante difícil es, y es una gran ventaja, que dos compadres ya mayores se agredan o se liquiden con las canicas o las petancas. O se manden para cementerio, del sillazo, en sitio de baraja, pero, nada hay imposible entre viejos y personas de desorden.

Comentarios

Sergio Naranjo ha dicho que…
El artículo es bueno, pero el primer párrafo es admirable. Cada vez me parece más que ideas como las tuyas vienen siendo hoy día lo único que merece tener atención.
Anónimo ha dicho que…
Me da seguridad tu comentario –admirado Sergio- porque no es en el divertimento irónico donde mejor me desenvuelvo; no tengo la confianza de éxito que tengo con los otros (divertimentos) ¡que precisamente lo tienen peor para triunfar!
Tengo un no enemigo que dice, “que si no se lalga dos plátanos atrás de comé y no se suelta medio vaso de los diagua filgas de cafen, es como si no viera comío”. Así de vacio quedo yo si no apuro “el gallo” al límite de lo inteligible. Por pretender ser honorable y magnífico,-perdona Sergio el paso del axiomático hilo tras la puntada-, participo que a veces me cuesta entenderme a mí mismo cuando me leo; y eso me da confianza porque me esconde. Por eso, del divertimento en cuestión diciendo, quedo al raso porque no hay escondrijo y por lo mismo te agradezco tus palabras a las cuales les veo y escucho resuello sincero. Bastante para saber yo que la diversión salida de la salida de mi costumbre no fue guineo desafortunado.
Antonio Domínguez

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