La importancia de la muerte

Por Luis C. García Correa
La vida y la muerte son dos hechos, personales e intransferibles, que completan el recorrido y el espacio del tiempo que va de la vida hasta la muerte.
La vida es un tiempo de máxima responsabilidad, personal e intransferible. Perder el tiempo -el poco y corto tiempo que vivimos- es imperdonable y puede llegar a ser un pecado personal, familiar y social, pudiendo llegar a ser universal.
Vivir es algo maravilloso. Con la vida se aprende a amar, a servir, a ser feliz y a que sean felices los demás al compartir el amor con la honesta participación.
Uno de los grandes hechos, vivencia y exigencias de la vida es compartir y participar honestamente en la búsqueda del bien de todos, el de ustedes, el mío y el del mundo entero.
Compartir la felicidad es repartir felicidad cuando participamos honestamente. Así se crea la cadena de la felicidad.
La felicidad no es personal, ni siquiera de quien la comparte. La felicidad es un estado compartido y ambientado, en el que a mayor número de personas felices -por nuestra entrega y participación-, mayor es la alegría al repartir felicidad. Y también es mayor la velocidad de regreso: felicidad repartida, vuelve antes y, además, multiplicada.
Repartir felicidad hace la vida alegre y prepara la muerte con felicidad.
La muerte es el final terrenal del camino de la vida, a la que se llega con hechos que si son compartidos la dulcifican y si no son compartidos tendremos el vacío solitario y el espantoso silencio de no haber compartido la felicidad y el amor en la vida, quedando solo el vacío y el olvido.
Lo importante de la muerte es llegar al final del camino con el deber cumplido, creyentes o no.
Al final del camino de la vida nos encontraremos con lo que hemos hecho y creído. ¿Qué encontraremos? El cielo prometido, o, al no creyente, terminar y acabar.
Como creyentes hay que confiar y rogar a la bondad infinita de Padre Dios que nos dé el cielo prometido y que lo tengamos y gocemos eternamente.
La importancia de la muerte es llegar el término del tiempo de la vida.
La importancia de la muerte es acabar el recorrido terrenal y dejar la vida.
La importancia de la muerte es, si se tiene fe, llegar al cielo prometido; y si no se tiene fe: esperar a que los hechos de nuestra vida hayan sido buenos y recibamos lo que hemos dado.
La importancia de la muerte es haber vivido compartiendo el tiempo y ayudando a los además. Entonces la muerte tendrá sentido, por no haber perdido el tiempo -que no se recupera jamás- y sea el valor que presentamos y recibamos la paga que nos merecemos.
La importancia de la muerte es que solo se muere una vez, es el final de la vida - se sea o no creyente - y será el momento de hacer balance. El resultado señalará lo que nos darán.
La conciencia es la juez y la receptora del resultado del balance final.
La importancia de la muerte es que solo es una vez, y no vuelve jamás.

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