El Sistema Nacional de Salud de España

Por Luis C. garcía Correa
EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD DE ESPAÑA es una herencia de la última dictadura, y ahora con la democracia la decadencia parece inevitable. "¡Horror de horrores!"

El progreso de los pueblos es lograr el bien, útil, efectivo y necesario de cubrir las necesidades primarias más fundamentales, como es la salud.

La salud es uno de los pilares fundamentales de la libertad.

La pérdida de la salud por los malos o deficientes servicios del Ente encargado de proporcionarlos, es un ataque frontal a la dignidad de la persona humana.

En muchas ocasiones esa decadencia, esa deficiencia es consecuencia del libertinaje.

Miles de años y millones de vidas de personas ha costado la conquista de la libertad, y ahora, con cierta presunción petulante e ignorante, he conocido, por primera vez, lo que es la esclavitud de sumisos, incluso de buena voluntad, que se rinden y convierten un medio en un fin, o no apoyan o no exigen que la salud esté por encima de cualquier otro gasto. Sea el que sea; si no hay salud corporal de la ciudadanía no hay vida, no hay libertad.

La tecnología ha sido el gran logro de la actualidad, dándonos y permitiendo la maravillosa globalización, que nos permite enterarnos al momento de lo que sucede en las antípodas, como de saber los adelantos o las desgracias que ocurren en otras latitudes.

El mal se está apoderando de la humanidad.

Con un pueblo esclavo no solo no hay progreso, sino algo mucho peor: no hay libertad, y menos felicidad.

¿A qué viene todo esto?  ¿Tiene relación con la democracia o con la dictadura? ¿Es real lo que digo que vivo?

¿A qué viene todo esto? En la dictadura se crea un ente de absoluta necesidad: para la salud de sus habitantes, y en democracia, cuando debería funcionar mucho mejor, se maltrata y no se atiende esa necesidad imperiosa de la salud de los ciudadanos. ¿Es real o aparente?

Se sabe que los médicos, y enfermeros y ayudantes, no tienen los incentivos y los sueldos adecuados a su meritoria e invalorable labor.

¿Tienen los médicos y los ayudantes los medios y el tiempo necesarios para que puedan dar la atención debida a los pacientes?

¿Qué es democracia? Democracia significa que la autoridad está en el pueblo que la delega en quienes resultan elegidos por votación honesta y libre, y la aceptan con todas sus consecuencias.

¿Es real lo que creo que vivo y digo? Usted me lo dirá.

¿Es real que la atención sanitaria va en decadencia, con gran daño y perjuicio para los enfermos, y parece que su decadencia va a continuar?

¿Existen poderes perversos –quizás internacionales- que tratan de conseguir sus fines de destruir la Sanidad Pública española?

¿Los recursos del Estado se invierten de acuerdo con las auténticas y vitales necesidades de la ciudadanía?

En el ocaso de mi vida hago recuento de las vivencias y contradicciones que he vivido, y el asombro es supino porque parece ser un milagro que aún exista el maravilloso y necesario Servicio de Salud, que tanto bien ha reportado a nuestro pueblo español y tanto y necesario bien debe aportar para la salud suya, del vecino, del amigo, y de todo el necesitado, en algo tan vital como es la salud.

La decadencia de los pueblos comienza y se desarrolla cuando las cosas necesarias se convierten en un lujo a las que solo los económicamente pudientes pueden acceder.

¿Qué hacen los responsables elegidos democráticamente? ¿Se gastan los recursos, el dinero, los medios personales y económicos, en otras inversiones de menor necesidad?

¿Quiénes son los culpables? ¿Los culpables son los médicos, los enfermeros, los asistentes, los funcionarios, los pacientes...? ¿Quiénes son los culpables de que la sanidad española vaya en decadencia con el consiguiente perjuicio irrecuperable de lo que puede llegar a ser hasta la muerte de un paciente?Y estoy pensando y creyendo que los responsables son honestos y servidores de la comunidad.

¿Qué le sucede al Sistema Nacional Salud de España?

Por favor: Usted me lo dirá. Hasta entonces: Benditas y benditos sean los médicos y las médicas, las enfermeras y los enfermeros, y todas y todos los que, con su encomiable labor, nos ayudan a remediar los males que tenemos.

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