¡Presiento que me queda poco tiempo!

Por: Luis C. García Correa y Gómez
Y ese poco tiempo que me queda, quisiera aprovecharlo.
¿Qué puedo y qué debo hacer?
Como creyente, ponerme en las manos de Padre Dios y de su Santísima Madre, y trabajar a tope, intentando cooperar al bien común, para procurar la felicidad de todos.
¿Cómo y en qué va a consistir esta cooperación al bien? No lo sé, algo intuyo, pero necesito que me ayuden. Que me den ideas sobre cómo aprovechar el tiempo para querer apasionadamente, y con eficacia al ser humano.
He sido muy feliz queriendo, y he dejado de serlo cuando no he amado. Es mi gran experiencia, que quiero compartir antes de que sea tarde.
Me educaron para amar, en especial al prójimo como a mí mismo. Y he intentado ser consecuente, y cuando he fallado me he sentido muy mal. No quisiera volver a cometer los mismos errores. Pero no basta con mis deseos de no repetir esos errores, necesito que me ayuden.
Necesito sentirme acompañado y aconsejado; ello me impulsará, dándome fuerzas y esperanza; y sentiré que estoy contribuyendo a un mundo mejor. El que tenemos que construir urgentemente.
El orden actual no sirve, si sirve es sólo para los perversos.
Yo soy un ejemplo más de persona que necesita a los demás.
Confío que mi experiencia y el sentido de participación que ha estado unido a mi forma de ser contribuyan, directamente, al bienestar social.
Al bienestar de personas concretas, aunque han sido hechos con la mejor intención, pueden ser ineficaces, por ello, es posible que necesite consejos, asesoramiento. Puede que no haya acertado.
Me doy cuenta de que a partir de este momento puedo llegar a más gente, gracias a
los creadores y participantes de estas maravillosas Redes Sociales. Me están dando la oportunidad de manifestarme, de hacer eficaz ese deseo mío de querer ayudar, y poder decir lo que de bueno tengo que decir, y que me oigan.
Pero todo esto pretende no sólo buenas intenciones, sino hechos concretos, para el bien de personas con nombres y apellidos.
Estamos a tiempo, no lo podemos, no lo puedo desperdiciar. Me queda, teórica y prácticamente, poco tiempo y quisiera aprovecharlo al máximo: me hará sentirme feliz y realizado.
Me sentiré como un buen humano que quiere al prójimo como a sí mismo. Y, como consecuencia, vive su felicidad compartida, que entonces es la mayor y la más duradera.
Acabada esta narración, expuestas estas ilusiones, y esta necesidad, ruego a Padre Dios me ilumine,-como a todos ustedes –para convertir mis deseos y necesidades en hechos reales y concretos para el bien de muchas personas concretas, así perderé esta inquietante preocupación, y la paz volverá a llenar mi espíritu.
Les quiero y necesito que me quieran.
Compartamos,- mientras haya tiempo terrenal-, la dicha de querernos y de ayudarnos, dando el ejemplo que hoy tenemos que dar, y la felicidad nos inundará.
Ya sólo me resta pedir a Padre Dios nos bendiga y nos haga felices participando en la gran, imparable y necesaria realidad para gozar del bien y la felicidad para la que hemos sido creados.
Y en esta oración – que debe unirse con la de muchos, nunca es aislada por la Comunión de los Santos –vamos cargados con las inmensas necesidades del mundo entero, y me pregunto ¿Me queda, nos queda mucha deuda que saldar?
Corrijamos nuestros errores, ampliemos nuestra participación en la búsqueda del bien común y...
Así será cuando reciba su participación, antes yo seguiré cerca del limbo, y puede que me acompañe, alguno tan desafortunado o más que yo. Y lo que deseo y necesito es: amarnos y participar.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿----?
Anónimo ha dicho que…
Bueno. Ya he aclarado con este señor el interrogante que me hice al leer lo publicado. Solo tiene las dudas que tenemos todos los que alcanzamos "una cierta edad", pero que no pasa nada D. Luis, que se le ve a Ud. muy bien y Dios le guarde muchos años en esa misma aptitud que tiene ahora. Saludos

Entradas populares