Ecuanimidad y Limpieza a desprecio de la teoría.

Por: Antonio Domínguez

Las cabezas más limpias y ecuánimes no son de la universidad ni de saber alguno, lo son de la genética que es la que da y reparte apropiadamente las fuerzas en el cerebro, lo demás es todo aprendido. Bien o mal aprendido, según la suerte o mala suerte del puro destino que es arbitrario: dota o niega. Corresponde a la memoria burda guardar un plano general del fragor del vivir (de la acción) en todos los casos. La subconciencia que es al mismo tiempo residencia psicológica del individuo, auto abomina ciertas entradas, asentamientos y asuntos que han entrado por las prisas. Estas entradas a subconsciente no son trastorno alguno en cerebros bien constituidos que consecuentemente tienen una subconciencia también fuerte; en cualquier caso cuanto entra en el subconsciente, “es un vino en maduración”, que bota a la superficie cualquier impureza; solo que, lo que constituye impureza lo determina la naturaleza y clima y la propia idiosincrasia del pensamiento del conocimiento particular, personal, avalado del genuino que con su instinto, fina y única perceptibilidad, le influye y al mismo tiempo le otorga toda su confianza y le deja hacer a su antojo; es por lo que siempre sea de la calidad que sea el pensamiento genuino, se asombra de alegría o de pena; con las afloraciones a conciencia de la subconciencia, qué, en paralelismo con los vinos, cualidades y calidades pueden ser mediocres, buenas, o extraordinariamente buenas. Lo más grande e imposible que hay de conseguir en este mundo, es que un cerebro dé un solo milímetro o gramo más de lo que puede dar de sí mismo. ¡Cuantos rechazos, fobias y antipatías se evitarían teniendo esta gran verdad siempre presente! 

Siempre en la psicología particular, de un individuo particular, la conciencia, la subconciencia y el pensamiento genuino, son clones que conforman la inteligencia particular. La sabiduría (que la mayor parte de las veces se le concede a estupideces e imbecilidades) radicalmente tiene otros componentes bastante menos complicados y casi se circunscriben a estudios del tipo que sean y al recuerdo posterior de lo que se ha estudiado, o sea, se trata y tratan, de memoria corriente y moliente, ¡los tan reputados saberes!. Esto conlleva unas complicadísimas memorias (intuyo) que nada tienen que ver con la memoria bruta y una cantidad de instintos que son saberes intelectivos y no intelectuales, ¡esto si que tiene miga! que a veces tienen mucho que ver con los conocimientos en general y otras muy poco; en la misma persona. El camino más seguro para determinar una capacidad psíquica (creo) es la medida de su instinto y subconciencia, pero, esto sería para los incrédulos en las cosas de este mundo, porque yo digo; que desenvueltos en el conocimiento estos dos elementos, trasvasados desde el pensamiento genuino, son la propia inteligencia. La fina. La de festejar y para los domingos. 

Por favor, ¡mírelo bien! Tiene que ver con un artículo anterior porque es el mismo tema, pero se dicen cosas muy distintas. Huyo como de contador de chistes, de los guineos y decir lo mismo. Ha de perdonar respetado lector la limitación de mi pensamiento casero para hacer las disquisiciones claras que demandan estos temas. Solo quiero demostrar, que a pensar se puede echar cualquiera. Mi ilusión es animar a que se haga y no se le deje cedido cobardemente a nadie ese derecho. Evitar la dejación y el pasotismo, para alentar a que se hagan ejercicios mentales orientados a la impermeabilización de los cerebros; para hacerle imposible la penetración al agua en los múltiples lavados del tino a que estamos sometidos, con los “potentísimos detergentes” además, que poseen los manejadores; que vienen a ser el bestial colofón de la gran maldad; y la mentira de parapetarse en la élite de benefactores sociales, para llevarnos a “la hartura”, y religiosos, para llevarnos “al cielo”. El que logra conducirse a sí mismo, conquista su más grande victoria particular; muchísimo mas que el que se hace a sí mismo, que solo es cuestión de ganar dinero. A título más general el triunfo sería grande también, porque se lograría nada menos, que no lo hagan otros por unos. Rumiar, cavilar y especular solo es honesto cuando se hace con y de uno mismo. Lo demás es dictadura; hechizos tribales; fingimiento de imposibles bondades; mano negra; el apuñalamiento traicionero de pretender ahora prácticas salvajes y primitivas infrarealistas en este momento; tentáculo y garras de poderíos autoritarios de otro tiempo y de todos los tiempos, etc. 

Los locos al manicomio; los delincuentes a la cárcel; huye de su tierra el que emigra; o inmigra a la nuestra (de huir se trata). Esto es y quiere decir, que los hombres corrientes (libres por consiguiente) lo único que nos queda es vivir sin miedo; nos tenemos que auto dirigir con la única limitación de las leyes civiles en el país. Con esa salvedad, hacer lo que nos venga en gana; haciendo caso omiso a toda perorata ¡si lo que se quiere es no ser un infeliz!



Comentarios

Pedro Dominguez Herrera ha dicho que…
Hay escritos que no se entienden por la abundancia de texto que aburren y el mensaje esta como escondido este no es lo mismo tiene exceso de contenido argumental con poco texto. Los pensamientos de profundo contenido que pocas apneas pueden llegar a el y el deseo del autor de no extenderse demasiado dificulta su entendimiento.
Es de lectura obligada del que se precie y quiera fortalecer sus entendederas con un escrito tan bueno como este
Anónimo ha dicho que…
¡Palabra!, que no se queda en mi un enfado ahorrado; y palabra también que no deseo decir nada más fuerte de lo que voy a decir. Solo es una petición a la persona que señala el signo “nada” a todo artículo mío. Desde este momento doy permiso a Esteban para que publique anónimo dirigido a mí, aun por soez y biensonante. Lo hago en consideración a usted señor/a; que si desea excrementarse en mi grandísima madre (1,92 m.), señora santísima (no de las carmelitas descalzas, pero sí anduvo descalza en su niñez y primera juventud carmelitana) no tiene porqué estarse conforme con un simple desacuerdo. Desahóguese aquí en esta página que es un manantial de placer; y no por venir usted a ella a beber ha de quedar envenenada. Todo lo contrario, engrandece una publicación la manga ancha a dar cabida a cualquier opinión. Esté o no esté en la línea. Anímese diga algo hombre, no tendrá que dar su nombre. No sea tímido caramba. Le juro que no persigo beneficio (que cuando lo persigo lo digo) me mueve su bienestar porque soy humano y me acuerdo de usted consufriente y que tiene las mismas necesidades que yo. ¡Cuánto desearía tener en usted un no enemigo! ¿Pudiera tener esa suerte? ¡Aspiro a ella! Reciba un desenfadado saludo y ante todo, a pesar de todo, y pase lo que pase, los respetos de:

Antonio Domínguez herrera.
Anónimo ha dicho que…
Perico, ¡me miras con ojos de cuna! (la misma que ¿nos arrulló?; para luego ser depositados en cajón que fuera envase para coñac Domecq, “TRES CEPAS” del cual solamente en el pío Teror y en ese San Mateo, no santo, se bebieron millones de litros. En el resto de la isla en peso solo se bebió el doble.
De esa ilustre estirpe venimos, Perico, y ya por ello me quieres y hechas flores de mí por tu boca. ¿Estás influenciado? ¿Tiene que ver la influencia en lo que me dices? ¿No tiene que ver? ¿Será lo tuyo verdad imparcial aun procediendo de la parcialidad?... en ultísimo extremo estaría dispuesto hasta a rezar para que lo fuera.
Sigue en esa línea Perico, que a mí no me sacarás los colores, ni la palabra “inmerecidamente”, tan usada en estos casos. Un abrazo confraternizado, ello, porque nadie se entere que es compinchado.
Somos algo más que amigos de copas expulsados de domicilio; repudiados de sus mujeres, por el amor de ellos al ron y que ahora se llaman unos a otros “compañero”. Es verdad que en otro tiempo fuimos compañeros de trabajo margullando –más allá del sillón- en los mostradores: de Horacio, Juanito Pérez, Villegas, Cristóbal, Mariquita Coello, Vicentico; y en toda la raya de San Lorenzo, tampoco bendito, porque me refiero al robado. Por todo eso y porque nos hemos tratado como se deben tratar los hermanos, te pido sometas a mi censura futuros comentarios, no para disimularlos, sí para sacar tajada dándoles mayor contundencia a favor de mi ego propaganda y fama.
Lo dicho Perico, un abrazo lleno de recovecos o protuberancias; es exactamente lo mismo al caso. Si lo quieres liso, recíbelo; así como de cualquier textura. Los tengo de toda superficie.
Antonio Domínguez

Sergio Naranjo ha dicho que…
No creo que todo el que emigra "huye" de su tierra. Normalmente lo hace por alguna necesidad, siquiera sea material. Es humano.
Otra cosa es quien "escapa" de dar cuenta de sus propios méritos o deméritos, que ahí sí estamos de acuerdo.
Y desde luego, me ha gustado esa linde que pones entre la libertad y la dictadura, justo allí donde acaba la personalidad de cada cual.
Anónimo ha dicho que…
Querido Sergio, podía dejar de contestarte esta vez a tus, por mí, deseadas palabras; con las cuales dicen y es categórico, que las personas no huyen de su tierra expresamente. Yo quise un huir más metafísico en mi cantiga. Esto es, poner tierra por medio entre circunstancias y el por venir; que viene a ser indefectiblemente huir de los hechos. En cierto modo el hombre no huye de su tierra “porque la tierra es del hombre”. Mas, estoy convencido que el hombre cada vez que “se muda” huye de algo o algo de ese sitio ya no es bueno para él. Huires del corte de un suegro cualquiera que fue y se fue; que oyera lo de las sirenas antillanas más bonitas que el sol; que daban las de la ciudad fuego y las del campo amor. Ya hartos de suegra cualquiera arreglaban acontecimientos justificativos para no solo huir de “ella” sino de todo malestar adyacente. Se huye de lo que no se puede pagar. Se huye a la soledad para llorar. Se huía para Venezuela cuando la yunta vacas se mancaba y no había fiado en la tienda. Todos estas salidas desde la necesidad, a la espantada, son con la intención de traer dinero a, desde donde se ha huido porque no lo había. Todo el que se va y ya está en destino quiere crecer, pero para marcharse a la suerte abandonado se ha de querer huir (se ha de tener la necesidad imperiosa de huir). Son otros asuntos los viajes: por vacaciones, a bodas y bautizos de familia en extranjero, etc.
Las huidas se comprobaron a pañuelo volando en las despedidas. A los que estaban en el barco y los que en el muelle se les empapaba el pecho de lágrimas y se meaba el más valiente por la total incertidumbre de volverse a ver. La huida aquí toma un profundo carácter filosófico que solo puedo atisbar. Saludos Sergio. Gracias por señalarme puntos que me hacen patinar, por lo tanto aprender. Perdona que no me pueda explicar mejor por no total conocimiento.

Antonio Domínguez Herrera

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