La mula, el buey y los caramelos


Por: Jesús Vega Mesa
Nunca pensé que dos pobres animalitos, como un buey y una mula, dieran tanto que hablar. Me cuenta un cura que el otro día lo llamaron, no sabe si en serio o en broma, para regalarle unas hermosas figuras de  nacimiento.  Porque, según decía, ya no las necesitaba puesto que el papa las había suprimido de los belenes… ¡La de cosas sin sentido que ha tenido uno que leer y escuchar a propósito de lo que escribe Ratzinger en su libro “La infancia de Jesús”! El papa no dice ni que se pongan ni que no se pongan estas figuras en los  nacimientos. El Papa no dice ni que hubiera ni que no hubiera animales en el pesebre donde nació Jesús. Simplemente afirma, sin darle ninguna importancia, que "en el Evangelio no se habla de animales". Y eso no es nada nuevo.
 El evangelista Lucas con una sublime sencillez cuenta el nacimiento de Jesús en apenas cuatro  frases: “Cuando estaban en Belén, a María le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en la posada”. Y nada más.   El evangelio no se detiene en demasiados detalles porque eso no era lo importante.
Los belenes que se hacen  en  nuestras casas y en nuestras iglesias y plazas utilizan la imaginación para representar lo que ocurrió en Belén de Judá. Cada uno  pone o quita según su pensamiento: palmeras, montañas, pastores, los reyes, casitas, caminos…. Lo único imprescindible, lo que no puede faltar, es el Niño.
El evangelio, como afirma el papa,  no dice que hubiera  mula ni buey como tampoco indica si había cabras,  patitos o cerditos.  Ni ríos, ni lavanderas, ni ratones que comieran los calzones a san José, ni una burra cargada de chocolate, ni que naciera el 25 de diciembre, ni relojes que marcaran  las 12 de la noche ni tantas cosas que seguiremos imaginando y  poniendo en los belenes. Y como el evangelio no lo dice, pudo ser o no pudo ser. Y no pasa nada ni tiene importancia alguna. Lo único importante es que en un mundo desesperanzado nació la Esperanza. Y nació en forma de Niño “y le pusieron por nombre Jesús”.
Lo importante es que cuando uno anda desesperado por la economía  o cuando se está  enfermo o se vive un problema grave en la familia  o en el trabajo, aparezca un rayito de  esperanza.  En los tiempos de Jesús, la situación era mucho más grave que la nuestra. Y José y María eran de los que peor lo estaban pasando. Ahora, en estos tiempos  mientras los periódicos y la televisión nos siguen asustando con lo grave que está la cosa, y es verdad, lo que uno quiere encontrar es un camino para la solución.  Es importante no desesperarse. Y ayer como hoy, muchos la encontraron en Jesús.
A mí qué me importa que hubiera al lado un burro o que no lo hubiera. A mí qué me importa que, cuando alguien me anuncie que hay  solución para nuestros problemas, tenga al lado a un ministro o a  un borrico. En aquel tiempo como en este, el camino para la esperanza se llama Jesús.   
En el local social de un sindicato había un cartel con este pensamiento de Tagore: “La fe es el pájaro que canta cuando la aurora está oscura”. Y en la iglesia de mi pueblo, casi coincidiendo con los del sindicato, y en el mismo tono dulce, leí ayer: “Adviento: ¡Si hay fe, hay esperanza!”
  Cuando hablaba con mi amigo Pepe el escobero de todo esto y de la polémica que algunos han armado con lo de la burra y el buey, olvidando lo esencial,  él sabiamente, dijo:
-¡Qué sabrá el burro (y el buey)  lo que son caramelos!

Comentarios

Sergio Naranjo ha dicho que…
Magnífica reflexión. Aunque sí es verdad que sigue habiendo mucho burro y cada vez más becerros cuando se habla de Belén.
Eva María ha dicho que…
¡Qué bonita reflección!
Anónimo ha dicho que…
Cuando se te lee, no solo se recibe el mensaje de algo actual, sino que se aprende a situarse ante los temas, en definitiva se aprende a escribir. Te felicito
Pedro Dominguez Herrera
Erika ha dicho que…
Si señor, las cosas bien dichas y clarito, me gusta mucho como te expresas, felicidades! Un saludo desde Tamaraceite, y Feliz Navidad a todos/as.
Jesús Vega Mesa ha dicho que…
Gracias, amigos, por sus comentarios. Y si cada día pienso en Tamaraceite, estos días mucho más. El sábado se celebran los 75 años de la parroquia, carorce de los cuales disfruté con ustedes. Un abrazo

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